miércoles, 19 de agosto de 2015

Malditas etiquetas

Estoy un poquito harta, por no decir un muchito, de las puñeteras etiquetas, y no me refiero a las etiquetas de la ropa, que también las condenadas a veces molestan lo suyo, sino a las etiquetas que ponemos a los niños.

Seguramente lo hacemos inconscientemente, sin percatarnos del alcance ni de la repercusión que esto les causa a esos niños; frases del tipo “eres malo”, “mira que eres tonto”, “uy que gordito que está”, “mira que eres vago”,“pues mi hijo con menos años ya sabía esto y aquello”, y así podría llenar el post entero de esas malditas etiquetas.

He pasado una semana, escuchando por boca de un niño de doce años muchas de esas perlas, perlas que muy a mi pesar se las han dicho hasta sus profesores y tutores, por el simple hecho de que a él le cuesta más trabajo que a los demás aprender y estudiar, no memoriza las cosas como otro, pero ahí acaba su problema, ni es tonto, ni es vago, ni es idiota.

Es un niño al cual en su momento lo diagnosticaron (y este es uno de los casos que estoy plenamente convencida de que se diagnosticó bien) con el famoso TDAH, ¿y eso que significa?, señores, eso significa que es un niño hiperactivo al cual le cuesta más concentrarse, simple y llanamente eso, ni más ni menos.

Es un niño de doce años, con una imaginación que ni Walt Disney, risueño, cariñoso como pocos niños de doce años he podido ver, el cual adora leer (curioso eh?), adora ver sus series de anime, pero que le cuesta horrores memorizar las cosas cual lorito para un examen, le cuesta más que a otros niños entender el porqué de las cosas, o mejor dicho, se cuestiona mucho más el porqué de las cosas. Pero para nada es tonto, ni idiota...

No entiendo como una tutora, un director, o un orientador, son capaces de decirle a un niño “tu no vales ni para kiosero, porque no sabes nada de matemáticas”, venga ya!! ¿Enserio esta es la forma de motivar a un niño?; pues perdonarme que os diga, aquí la que suscribe en su día la etiquetaron diciéndole a mis padres y a mí algo por el estilo, y hoy por hoy, puedo decir que tengo más formación que muchos de los cuales se suponía que iban a ser los mejorcitos del país; eso sí tengo que darle las gracias a mis padres por no haberse creído en su momento esas sandeces, y haberme hecho ver que si se quiere se puede.

Así que por favor ya basta, ya basta de machacar a los niños con etiquetas absurdas que lo único que hacen es dañarles la autoestima, y hacerse creer algo que para nada es verdad. Y como he dicho antes...
 ¡¡las etiquetas para los precios de la ropa!!



Besazos Bichejos Enormes 


Verónica


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